Capitalismo: La única "Economía del Bien Común" (1ra parte)

El domingo 7 de enero de 2018, la periodista Gabriela Origlia le realizó un entrevista para el diario La Nación, al austriaco Christian Felber, creador del concepto de "Economía del Bien Común (EBC)". Una idea que trata de... pero... ¿trata de qué?... ¡De nada! El mismo trabalenguas socialista de siempre, que repite frases hechas, palabras vacías y que con decir dos o tres veces "neoliberalismo" o "redistribución de la riqueza" ya se lo toma, al perpetrador de semejante concepto, como un altísimo intelectual.


Sería interesante que leyeran la nota para ponerse en contexto. Así que aquí les dejo el link a dicha entrevista: http://www.lanacion.com.ar/2098285-christian-felber-hay-que-cambiar-la-competencia-por-la-contribucion-al-bien-comun

"¿Estás enojado Tucu?" me preguntan. Obviamente que sí. Desespera ver como con títulos pomposos, de un buenismo impactante y una parafernalia lingüística descomunal, los socialistas siguen intentando destruir nuestra civilización, como lo vienen haciendo desde la Revolución guillotinadora... digo... Francesa. ¿Se acuerdan eso de "Libertad, igualdad y fraternidad? Sí, eso... y al que piense distinto... la guillotina.

Vamos a ir analizando, párrafo por párrafo... con perdón de los párrafos.

Cuando en la segunda línea del texto, comienza a decir: "...una propuesta de desarrollo social y económico alternativo al neoliberalismo en la que priman los valores humanos y la ética...", abandoné la lectura. Pero al rato, volví a abrir la página del sitio web del diario, con la intención de desmenuzar el contenido de la nota y tratar de desarrollar una refutación a las ideas de este señor. 
Luego de unas gotitas de Reliverán y de pensar en que no todo en Austria es perfecto... me puse en la tarea.

El tercer párrafo comienza tratando de explicar que la propuesta (EBC) implica cambiar el afán de lucro y la competencia por la contribución al bien común y la cooperación. Y automáticamente me pregunto ¿por qué cambiar el afán de lucro?

No veo otra manera de progresar, más que persiguiendo un fin de lucro. Por supuesto que hay cientos de cuestiones, que hacen a nuestro bienestar, que no están relacionadas con nuestras actividades laborales/comerciales, pero en todo lo que emprendemos, sean o no acciones económicas, buscamos mejorar nuestra situación. 
Si mantenemos relaciones cordiales y amorosas con nuestra familia, amigos, compañeros y hasta con los desconocidos que se cruzan en nuestro camino, es porque buscamos vivir en un ambiente de paz y armonía. Y cuando lo logramos nos sentimos satisfechos, y lo volveremos a hacer porque, sin dudas, queremos más satisfacciones.
Si sentimos que desconocemos absolutamente los pormenores de algún tema, por ejemplo: "Historia antigua". Tomamos un libro y al terminar de leerlo, sentimos una enorme satisfacción al darnos cuenta que nuestra anterior condición de ignorantes sobre ese tema, ha sido superada. Y seguramente querremos más conocimientos, y leeremos más historia, o arrancaremos con otra disciplina.

En estas dos "actividades no económicas" que antes cité, vemos que partimos de una situación A en la que sentimos una carencia, una necesidad. Con el afán de cambiar esa situación, emprendemos acciones (relacionarnos, leer) que nos llevarán a la situación B en dónde sentiremos que hemos "ganado" algo (armonía, conocimientos). Hemos llegado a ese "fin de lucro" al que nos propusimos llegar cuando estábamos en una situación que considerábamos mala.

¿Por qué junto el lucro con las relaciones humanas y con el conocimiento?
Porque, según la RAE, lucro significa ganancia o beneficio que se obtiene de "algo"... y ese algo es cualquier cosa que hagamos.
Y sí obtener una ganancia, alcanzar el fin de lucro, en cualquier acción que emprendamos está bien, ¿por qué no habría de estar bien buscar lo mismo en una actividad económica?

Creo que nadie movería un dedo si tuviera que producir un bien que le costara producirlo, supongamos, $10, y luego tuviera que venderlo a $10. Osea... si eliminamos el fin de lucro de dicha acción. 
Nadie en este y otros mundos, hace absolutamente nada para estar igual o peor de lo que estaba. Hasta el más altruista de los altruistas, persigue un beneficio, ya que cuando está ayudando a alguien, siente que ese malestar que le provocaba la mala situación de su prójimo, ha desaparecido al darle a ese necesitado, ese algo que necesitaba. ¿O acaso la Madre Teresa de Calcuta se sentía mal por ayudar a los pobres y enfermos?
El lucro señores, pese a quien le pese, es el que hace sonar todas las mañanas, nuestro despertador y nos manda a la calle a rompernos el alma y el cuerpo para ir de A a B... para pasar de peor a mejor. Es lo que nos mueve a ser más ricos económica y espiritualmente.

Aparte del "Lucro", Felber quiere cambiar la "Competencia". 
Les juro que busqué denodadamente el sentido de acabar con la idea de competir... y no pude encontrarlo.
Me gusta imaginar el tema de la competencia en el ámbito dónde más clara está: el deporte.
Imaginemos entonces, que vamos al Mundial de Atletismo y sin dudas vamos porque queremos ver en acción, en los 100 metros llanos al jamaiquino Usain Bolt. El cien por ciento de las gradas está ocupado por personas que fueron a ver lo mismo, a deleitarse con la destreza de Bolt. El bien común de la tribuna será entonces que Bolt corra como nunca en su vida y rompa todos los records habidos y por haber... que gane por varios cuerpos... que mientras está saludando a la tribuna enloquecida de felicidad, los otros atletas están todavía sacándose de la cara el polvo que Usain dejó atrás.
No veo la manera en que limitando las capacidades del jamaiquino, para que llegue al mismo tiempo que los demás a la meta, se consiga ese "bien común" de la felicidad de toda la tribuna.
La eliminación de la competencia elimina a su vez, la satisfacción de los espectadores y desincentiva a los atletas. En fin... es una estafa.
Además, para que un atleta desconocido, sin la fama de Bolt, pueda ser el que rompa los records que ostentaba el campeón, debe haber competencia. Sí o sí. Y los que pierden, (porque en toda competencia justa, hay ganadores y perdedores) se encuentran en la disyuntiva de decidir si entrenar duro para la próxima competencia o retirarse y dedicarse a una disciplina donde sean más productivos.

En el mundo de los negocios, en el empresarial y también en el laboral, la competencia está presente y así debe ser siempre. Competir significa dar lo mejor de uno mismo, y el resultado son bienes y servicios de mejor calidad, y sobre todo, accesibles a cada vez mayor cantidad de gente. 
Sin competencia los mejores no dan lo mejor de si mismos y los peores pierden la referencia de hacia donde tienen que encaminar sus esfuerzos por mejorar.

Christian Felber, con su EBC, busca cambiar el lucro y la competencia, por el bien común y la cooperación. 
Creo haber justificado la necesidad de la existencia tanto del lucro como de la competencia. La búsqueda del lucro y la competencia de individuos provoca, en el agregado, el bien de todos. Digo todos y no común, porque no creo que exista tal cosa "común". 
Pero si insisten con el uso de ese término, podríamos decir que el bien común a todos es que cada uno alcance una mejor situación que de la que partió. Cada uno con sus valoraciones subjetivas. Cada uno con sus propósitos y metas. Cada uno con su intocable libertad.

Otra meta que se alcanza mediante la búsqueda del lucro es la de la cooperación. 
Recomiendo, para entender esta idea, la lectura del ensayo de Leonard Read, "Yo, el lápiz", una magnífica alegoría de lo que implican la famosa "división del trabajo" y la denostada "globalización".
No hay en el universo, mayor y mejor "cooperativa" que el Mercado Libre. 

Luego Felber desarrolla a lo largo de la entrevista, las cuestiones éticas que lo llevan a pergreñar semejante proyecto. Analiza los indicadores con los cuales separar a los actores económicos que deben ser "premiados por el Estado" y los que deben ser apartados del mercado, en una actitud totalitaria que se enmascara tras un buenismo supuestamente moral y ético.

En este post hemos analizado la idea principal de la "Economía del Bien Común", que a pesar de mostrarse sesuda y moderna, no es más que un aggiornamiento de la criminal economía planificada comunista que tanto daño le hizo y le hace a la humanidad. Esa nefasta y fracasada ideología que tras cada colapso emerge con un nuevo disfraz pero con la misma compulsión psicopatológica: el Liberticidio.

En el próximo post, vamos a seguir desgranando esta entrevista. Espero que les haya parecido interesante y espero sus comentarios.

Y no se olviden, señores... la Libertad no se toca.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Bien por el análisis. En el paradigma de este muchacho donde todos se vuelven "buenos" de golpe, no es necesaria la competencia, simplemente alguien te coloca la medalla, digamos, porque sí. La libertad no se toca, hagamos negocios no la guerra.