El mito de la superpoblación

Más allá de las más imaginativas teorías conspirativas y de las políticas concretas que se están desarrollando —y aplicando en algunos casos—, hay un mensaje que está muy metido en la sociedad.

Mucha gente, más de lo deseable, sostiene la idea de que el mundo está a punto de explotar debido a la “superpoblación” que está depredando el planeta y convirtiéndose ésta, en una de las principales causas de todos los males de la humanidad.

Voy a ser un poco prejuicioso, pero me excuso por ello debido a mi experiencia personal. Nunca escuché a ningún hombre o mujer, que viva en el campo profundo, en lugares alejados de las grandes urbes, efectuar tales declaraciones. La “preocupación por el problema de la superpoblación” (destaco comillas), viene de parte de gente, de clase media-alta y con cierto nivel cultural e intelectual, que habitan justamente esas grandes urbes. 

“Somos demasiados en el planeta” es una sentencia recurrente de estas personas “preocupadas”, y además de ser una frase —impuesta vía adoctrinamiento— totalmente errónea, esconde tras de sí, las peores ideas para “solucionar el problema” (sigo destacando comillas).

¿Reducir la población es acaso una de esas soluciones? ¿Cómo? ¿Con qué métodos? No quiero ni pensarlo. Es aquí donde mis amigos “conspiranóicos” comienzan, muy a mi pesar, a tener ciertos grados de congruencia en sus argumentos y teorías.

 Para empezar a solucionar los verdaderos males de nuestra especie, para hacer diagnósticos correctos, para pensar en el presente y cómo afrontar los desafíos del futuro, el mejor camino es informarse, leer, estudiar, tomar fuentes diversas, y principalmente… hacer una pausa, sacarse los sentimentalismos y todo el estúpido buenismo de encima, y ponerse a la tarea más humana que existe: Razonar.

 En este artículo, voy a hacer un ejercicio para demostrar lo espantosa que es la falacia, el mito, la estupidez de la “superpoblación”. Y antes que empiece a desarrollarlo, aclaro, dije que es un ejercicio. Algo para empezar a pensar, a razonar. Quizás pienses que lo que digo es una burrada, que es algo totalmente traído de los pelos, datos acomodados arbitrariamente y a conveniencia de “mi maldad absoluta por querer que explote el planeta infestado de la plaga humana” (destaco otra vez las comillas).

 

Empecemos…

 Voy a darle, cuál “líder generoso del pueblo, salvador de la humanidad” (sí… comillas), un metro cuadrado para cada persona que habita en este planeta.

¡Sí… ya sé! Es imposible que una persona viva en un metro cuadrado… ¿pero te acordás cuando te dije que era un “ejercicio para pensar”? Bueno… pensemos.

 Si las matemáticas no me fallan, vamos a calcular cuánto territorio necesitamos para “amontonar” a toda la humanidad. Vamos a tomar ocho mil millones como la cifra de la población actual en el planeta, redondeando para arriba (ya que todavía no llega a esa cantidad, pero no falta mucho), para simplificar las cuentas.

 8.000.000.000 de personas, 1 m² para cada una, da la friolera de 8.000.000.000 m². Ésta sería la superficie necesaria para poner a todos los humanos vivos hoy en día, juntos, uno al lado del otro.

Cómo son muchos ceros, y a muchos nos da escalofríos ver tantos de esos circulitos, vamos a reducir la cifra a km²: 8.000.000.000 m² equivalen a 8.000 km².

 ¡En 8.000 km² entraría toda la humanidad actual! ¿No lo ves todavía? Voy a mostrártelo gráficamente: (Fuente: Los cálculos de superficie los hice en el sitio web www.calcmaps.com, las capturas de pantalla que comparto aquí son de ese sitio).

Tomemos una región arbitraria de la provincia de Tucumán, en Argentina, ¿por qué? Nada… sólo porque yo vivo allí.

En el primer mapa vemos la región arbitraria que les comenté. Son 8.000 km² de superficie. Pero para que entiendas mejor las dimensiones, mirá el siguiente planisferio. Ahora, no te digo que ubiqués esa área que tomé, tratá de ubicar la provincia de Tucumán. ¡Es un punto!

¿No se ve? Fijate de entrar a este link https://www.welt-atlas.de/datenbank/karten/karte-0-9000.gif y fijate en ese maravilloso mapa del sitio www.welt-atlas.de.

 Seguramente me estás criticando por las variables que tomé y por el lugar que elegí. Ok. Vamos a ser más generosos. Vamos a darle a cada humano, una habitación de 4m por 4m… es decir 16 m2. Digo… como para que no estén parados todo el tiempo en su metro cuadrado.

 8.000.000.000 de personas, 16 m² para cada una, da el total de 128.000.000.000 m². Reducido quedarían unos 128.000 km². Busquemos ahora un área de esas dimensiones, para que entren los ocho mil millones de apartamentos mono-ambiente de 16 m².

Como verás, elegí una región en la Llanura Pampeana, porque estuviste diciendo que en Tucumán está lleno de montañas y ríos. Espero que en “Las Pampas” no te surjan quejas. Bien… fíjate que ahora es un área más grande, ahora los ocho mil millones de humanos están un poco más cómodos. Pero, sigue siendo un pedazo muy pequeño de todo el globo terráqueo. Y si no me creés… volvé a mirar el planisferio de Welt-Atlas.com que te compartí más arriba.

 Ahora bien… no estás conforme. Querés lujo y comodidad, para cada humano… querés tecnología y buenos servicios. Y muchos comercios con venta de artículos referidos al animé y el manga. Ok… vamos a Tokyo, Japón.

 En Tokyo, la capital japonesa, en su área metropolitana, llamada “Gran Tokyo”, viven y trabajan a diario aproximadamente 38 millones de personas. El área ocupada por el Gran Tokyo es de 13.500 km². ¿Cuántos “Gran Tokyo” necesitamos, para albergar a nuestra “banda humana”?

 Necesitamos 210,53 áreas del tamaño del conglomerado urbano nipón, lo que implicaría una superficie total de 2.842.105 km².

La superficie continental americana de Argentina es de 3.761.244 km² (incluyendo todas las islas del Atlántico Sur). Por lo tanto, prescindiendo de esas queridas y disputadas islas atlánticas, nuestros 210,53 “Tokyos”, entrarían todos en Argentina.

Mirá el área en el mapa de arriba. Ahora volvé a mirar el planisferio. Y pensá. ¡Pará, pará! Antes, recordá que es un ejercicio ilustrativo. Hay que tener muchísimos factores en cuenta para jugar a acomodar humanos en un territorio. No es soplar y hacer ciudades.

Pero este ejercicio debería servirte para replantearte seriamente todas esas ideas catastrofistas que se difunden constantemente desde gobiernos, medios de prensa, del mismo Hollywood o desde las grandes academias y concilios de ingenieros sociales.

 Voy a proponerte algo. Quizás me mandé un par de burradas con los cálculos de superficie, reducciones y todas esas vicisitudes que generan tantos ceros juntos, así que te propongo: Ahí están los datos, poblaciones, superficies y todo cuanto necesites. Sería genial que por intentar refutarme todo aquello en lo que seguramente me equivoqué, hagas eso que a lo que te invité al principio: el sano y fructífero ejercicio de razonar. Sano, fructífero y… ¡humano!

 Hay mucho “Mundo” por explotar, por aprovechar, por disfrutar. Y no estamos teniendo en cuenta la superficie cubierta por los océanos y mares. No sólo la superficie sino las profundidades. ¡No! Tranquilo… no pretendo que nos convirtamos en Aquamanes. Hay proyectos muy serios de ciudades flotantes, de exploración de los fondos marinos (El proyecto “Seasteading” de Patri Friedman es muy interesante, te recomiendo investigarlo).

 Por los famosos “recursos escasos”, aún no te preocupes. Los recursos y la escasez de los mismos, son tales solamente dentro de la mente humana. Una piedra no es un recurso hasta que el ser humano no le encuentra utilidad. Un recurso, utilizado de otra manera, puede disminuir su escasez, incluso, dependiendo de los avances puede volverse abundante (aún sin modificar la cantidad concreta de ese material) o directamente dejar de ser recurso, por el hecho de encontrar otros recursos o de dejar de hacer eso en lo que se lo necesitaba.

 El tema de los recursos da para mucho… ya lo vamos a charlar. Ahora sigamos con la “superpoblación”.

 Además de todo lo aprovechable que hay aún en nuestro planeta, al cual solo le hemos raspado apenitas la cáscara, pensando en el planeta como un huevo, además de todas las posibilidades que él nos ofrece, más nuestra inventiva para aprovecharlo, la humanidad ya se ha lanzado a la conquista del Universo… o al menos, nuestro patio de atrás, el Sistema Solar.

 En lo que sí estaría de acuerdo es en que hay superpoblación de políticos y de “ingenieros sociales”, que pretenden cambiar al mundo a su gusto y a sus “ignorantes conocimientos”. Creyéndose sabios, sin ser más que unas mohosas ratas de biblioteca, estos “modeladores de sociedades” quieren verte pobre, quieto y obediente. Para disfrutar ellos del magnífico poder que les otorga el ostentar el título de “Salvadores”. No lo son… no son salvadores. Son estafadores.

 

El mundo es tuyo, o al menos la parte que es de tu exclusiva propiedad privada, haz con él lo que mejor creas conveniente. Será el mejor legado que le dejarás a las generaciones venideras.